Problematización de la categoría “mujer”. ¿Qué es el hombre?
Para Simone de Beauvoir la "feminidad" no es una cualidad que caracterice a la mujer de manera natural. Nuestra filósofa afirma que ser mujer no es algo natural, sino el resultado de un proceso de aprendizaje que empieza desde los primeros momentos de la vida de los individuos. Debido a esto, nace la famosa frase de Simone: "No se nace mujer: se llega a serlo". Desde tiempos pasados se ha asociado el hecho de "ser mujer" a realizar funciones vinculadas al cuidado de los demás y se le ha excluido de muchas otras como la política, determinados trabajos o el deporte. Las mujeres se caracterizan por la sensibilidad, la debilidad, la necesidad de protección o el gusto por la belleza. Mientras que a los varones se les asigna la autonomía, la capacidad para ejercer el poder, la valentía, la seriedad y las dificultades para manifestar sus sentimientos y emociones. Este conjunto de características constituyen en las mujeres el famoso concepto de "Eterno Femenino".
Simone de Beauvoir afirma que el hombre se sitúa como lo esencial, al contrario que la mujer, que se considera como lo inesencial. El hombre es el Sujeto, lo Absoluto, mientras que la mujer es lo Otro. Por lo tanto, no se plantea un mundo de mujeres, ya que carecería totalmente de sentido, dado que el hombre es el sentido de la existencia. Los dos sexos jamás han compartido la misma igualdad, por esta razón, la mujer no tiene existencia por sí misma, su finalidad está en el hombre y en el mundo de estos. En consecuencia, el drama de la mujer consiste en ese conflicto entre la reivindicación para que se plantee siempre como lo esencial y las exigencias de la sociedad que la constituye como lo inesencial.
¿Es factible crear un algoritmo exacto de nuestra propia identidad y/o alma/mente, y/o cerebro/cuerpo?
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